Cierta noche estaban dormidos el caballero y su escudero cuando oyeron unas quejas de amor: era el Caballero de los Espejos. Don Quijote, después de saludarlo, se quedó junto a él, mientras Sancho se reunía con el escudero del caballero de los Espejos.
Sancho y el otro escudero se cuentan sus vidas con expresiones soeces, repasando los disgustos y sufrimientos del oficio de escudero, así como los detalles de sus respectivas familias y la relación con sus amos, locos los dos.
Cuando Don Quijote y el Caballero de los Espejos charlaban sobre sus hazañas, éste refiere como la más peligrosa la batalla que sostuvo con Don Quijote de La Mancha, a quien venció, aumentando asi su propia fama.
El hidalgo le dijo que eso no podía ser cierto pues él mismo era don Quijote; por lo que determinaron enfrentarse al amanecer,para decidir quien decía la verdad.
A la luz del nuevo día, lo primero que vio Sancho fue la enorme nariz del otro escudero, quien para secundar a su amo quería pelear; pero Sancho cobardemente procuro evadirse.
Los dos caballeros, por el contrario, se dispusieron a combatir. El de los Espejos tenía el rostro cubierto y no quiso darse a conocer. Al iniciar la batalla, el encubierto no pudo avanzar y don Quijote lo tumbó dejándole medio muerto. Entonces el hidalgo le descubrió el rostro y pudo ver que su rival era Sansón Carrasco, el bachiller.
También reconoció Sancho al escudero que ya no tenía la enorme nariz: era Tomé Cecial, su vecino.
Aún dudando que el vencido fuese su amigo el bachiller(pues pensaba que todo se debía a engaños de malvados encantadores), don Quijote le perdonó la vida, no sin antes exigirle que alabara a la sin par Dulcinea del Toboso.
Gracias me sirvio
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